El pasado miércoles, el Gobierno lanzó una serie de medidas que prometen aliviar la situación económica de los argentinos, ¿esto es realmente así?

Lo primero que deberíamos analizar es a quienes van destinadas esas medidas, y si realmente representan una ayuda para la sociedad.

Analicemos primero los créditos del ANSES:

Créditos para jubilados y beneficiarios de planes sociales. Seguramente son la clase más vulnerable del país, que necesitan ayuda, ¿pero es realmente una ayuda? La tasa de los créditos es del 40% ANUAL. Si lo comparamos con los créditos que actualmente ofrecen los bancos, claro que parece una tasa favorable, pero realmente no lo es. Es muy alta. Un jubilado, terminaría devolviendo el doble o más al término del plazo.

Los jubilados terminan tomando créditos para poder cancelar los créditos anteriores, parece el cuento de la buena pipa.

Lo mismo los beneficiarios de los planes sociales, si no cuentan con ingresos firmes y constantes, ¿cómo van a hacer para cancelar las cuotas de este plan?

Por otro lado, se está hablando de la posibilidad de relanzar los créditos Procrear, para el mismo sector de la sociedad. Parece una gran solución para aquellos que no tienen un hogar digno, ¿pero son estas personas captadoras de estos créditos? Es decir, pareciera que le dan la oportunidad de sacar un crédito hipotecario a sectores que no lo pueden pedir, con lo cual es un anuncio sin destino.

Luego tenemos a la clase media, sin duda la clase más afectada por las medidas económicas y la crisis, la clase que tuvo que hacer frente a grandes aumentos, que soportar las consecuencias de las desidias cometidas por los gobiernos, pero que dejan sin respiro. La clase media, es la clase que produce, que trabaja, que consume, y que hoy no ve la salida a la crisis. Esta clase ya no puede sostener al país, ya no soporta el peso de las medidas, necesita un respiro, una estabilidad, un horizonte.

¿Y para ellos que ofrece el gobierno? ¡FIJACIÓN DE PRECIOS POR SEIS MESES! Parece un Deja vu. Parece que ésta es la única opción que encuentran los economistas como premio consuelo. Está claro que esta medida es insostenible en el tiempo, es una olla a presión, cuando se termine el plazo acordado ¿cuál va a ser el aumento de los productos? ¿Realmente los precios se van a mantener constantes? Nadie lo sabe, lo que todos sabemos es que el costo de la inflación alguien lo tiene que pagar, tarde o temprano, todo junto o escalonado.

Y por último, las PyMES. El sector que genera las fuentes de trabajo en nuestro país, el sector atacado impositivamente, tratando de generar el mayor ingreso fiscal posible sin tener en cuenta el agotamiento de la fuente. ¿Qué sucede con las Pymes en este marco?

  1. Retraso en las cobranzas, las empresas se vieron afectadas dado que sus clientes realizan los pagos a más de 60 días, complicando así el flujo de fondos y la rentabilidad por la inflación.
  2. Aumento de las retenciones y percepciones provinciales de IIBB, las provincias, sobre todo Buenos Aires, se aprovechan de las PYMEs aumentando las alícuotas de retención y percepción de IIBB, generando que las empresas paguen más impuesto que el que le corresponde, obteniendo así un saldo a favor imposible de recuperar.
  3. La AFIP aumentó la tasa de interés por pagos fuera de término, sin tener en cuenta que esto sucede por el atraso en el ciclo de pagos y cobranzas.
  4. Todas las empresas que pueden, buscan irse del país. Hoy por hoy, establecer domicilio en el exterior es rápido, sencillo y barato. Estamos condenando al país a vivir solo del campo, dado que es lo único que no se puede vender desde otro lado.

Pareciera que el gobierno tanto provincial como nacional, toma medidas en contra de la PYMEs, negandoles el acceso al crédito para mejorar la producción y persiguiéndolas fiscalmente para generar más ingreso, obligando a las mismas a la evasión fiscal para poder subsistir.

Para ellas el gobierno ofrece un plan de pagos de 60 cuotas con una baja tasa de interés para saldar deudas con la AFIP. Esta si puede ser una gran oportunidad para la empresas para ponerse al día y no sufrir las consecuencias de las deudas, pero no es una medida sostenible a largo plazo, que incentive la producción, la inversión y la capacidad productiva.

En definitiva, estas medidas son cortoplacistas, con el único objetivo de ganar algún voto adicional. No están pensadas en el largo plazo, no tienen como objetivo un MEJOR FUTURO PARA EL PAÍS.