CRIPTOMONEDA: UNA VERDADERA ALTERNATIVA AL SISTEMA TRADICIONAL

 

        

   

    El dólar para el argentino es una obsesión y su compra es, prácticamente, una acción involuntaria. Pero no un capricho: ¿se puede juzgar a quien no desea ahorrar en una moneda local cuyo valor ha perdido diez ceros en las últimas cuatro décadas? Aún frente a las fuertes restricciones en el mercado cambiario que impiden comprar más de 200 dólares por mes, el peso continúa devaluándose y ya pasó de 85 por dólar el 20 de marzo -cuando se decretó la cuarentena obligatoria- a casi 130 dos meses más tarde. Cabe entonces preguntarse: ¿Será tiempo de pensar seriamente en una alternativa más sencilla, redituable, y que solo la aprovecha el 1% del mundo?   

   Hace unas semanas se cumplieron diez años de la primera transacción a través de Bitcoin (BTC), la criptomoneda más popular cuya primera operación consistió en el intercambio de 10.000 BTC por dos pizzas. Desde ese entonces el Bitcoin ha subido más de tres millones de veces su precio y hoy, lo que el programador Laszlo Hayecz le pagó a un británico para que le comprara esas pizzas en Papa John´s, se calcula en más de 60 millones de dólares. Sin embargo, una década después, aún muchos ignoran su utlidad. En una encuesta realizada en mayo de 2019 a estudiantes universitarios de EEUU el 80 por ciento de los encuestados eligió 1 dólar por sobre 1 bitcoin, probablemente sin saber que el valor de éste ronda los 10 mil dólares.

   Pero, ¿cuáles son aquellas ventajas que ofrece la criptomoneda y aún muchos desconocen o ignoran? Pensemos, por ejemplo, en una transferencia a través de home banking. Hablamos de dinero fiduciario, cuya génesis es el papel, y que aún necesita la aprobación del banco y la existencia de un intermediario (como puede ser PayPal). Aquí no se precisa de ninguna aprobación, por lo que no importa el sexo ni la edad; tampoco de un intermediario, por lo que los costos de las transacciones son prácticamente insignificantes en comparación con los gastos bancarios. Además, la criptomoneda ofrece en Bitcoin, por ejemplo, la posibilidad de guardar datos o información de manera pública e inalterable

      Otra de las grandes ventajas es la emisión controlada, pautada, que en el caso del Bitcoin se agotará en 2040. Esto implica que hay una cantidad limitada. Es decir, si en el juego de la oferta y la demanda aquello que abunda pierde valor porque es fácil encontrarlo, como ocurre con la emisión de dinero a gran escala en nuestro país que genera una devaluación del peso, aquí ocurre el caso contrario. Además, se evita el factor inflación, con lo que esto significa no solo en Argentina, sino en un mundo donde no ha habido deflación a nivel global desde 1993.

          Actualmente existen más de 5.400 criptomonedas que cotizan en alguno de los 200 exchanges (casas de cambio cripto) y una multitud de videos y artículos que explican de forma sencilla cómo adquirirlas y utilizarlas. Pero primero hay que despojarse de dos mitos: A) que se requiere saber mucho de tecnología, y B) que lleva un largo tiempo aprender sus fundamentos. Luego, los pasos se resumen en tres: primero, crear una cartera virtual (software que se instala en tu dispositivo) y enviar dinero -puede ser desde una cuenta bancaria- a una empresa on-ramp´, que son aquellas que te permiten cambiar el dinero fiduciario a cripto; segundo, comprar una de las cinco mil monedas virtuales que se ofrecen; y tercero, intercambiarlas por objetos o trabajo.

      La particularidad de nuestra región es que, a diferencia de aquellos países ricos donde la criptomoneda es utilizada mayoritariamente como método de inversión, en países que sufren crisis económicas como Venezuela, Brasil o Argentina, se utiliza más como divisas para intercambiar bienes y servicios y para almacenar valor. Un claro ejemplo es de la BitCow, una moneda virtual creada por un argentino que permite invertir en vacas. Guillermo Villagra, de vasta experiencia en la ganadería, tuvo la lucidez de entender que en una Argentina con cepo, la BitCow permite desde los $10.000 invertir en un activo sujeto al dólar. A diferencia de las bitcoin, esta moneda está respaldada en un activo físico y se regula en un fideicomiso privado. Esto significa que se invierte por la web y cada BitCow, que representa una vaca preñada, tiene valor de mercado y se puede vender en cualquier momento.

       En un contexto de incertidumbre y crisis económica, la criptomoneda puede resultar beneficiosa para los argentinos como un método de ahorro alternativo al dólar,  pero también para quienes opten por operar en corto. ¿Por qué? Porque pese a su volatilidad, al no estar regulada por actividades bancarias ni por ningún estado, no corre el riesgo de zucumbir ante un estallido inflacionario por desmedida emisión monetaria. Tampoco se puede devaluar por orden o disposición de un gobierno: fluctúa en virtud de la oferta y la demanda, y las reglas del mercado. Ésta es la razón por la que la criptomoneda tal vez sea la máxima expresión de una moneda que está realmente reflejada en las expectativas de quienes la adquieren como unidad de reserva de su valor, y del esfuerzo y fruto de su trabajo: una verdadera alternativa al sistema tradicional.

 

* Sebastián Cassagne, Licenciado en Comunicación Social de la UNLP.